En algun lugar cerca de Napoles perdí mis pies. Es algo curioso pero ya no soy capaz de moverlos.
Fue cerca de La Torre del Greco, asomaban ya los primeros rayos del sol y todo azquiría un tono primaveral, a pesar de que el invierno acechaba entre el rocio.
-Mirate, pareces una niña de diez años.
Y sonrisas, Baho en los cristales y el desescarchado del paso del tiempo.
Mis pies se quedaron alli, ya no quisieron moverse mas, ahora camino sobre muñones.