Fui la reina de mi templo y la ruina de tu cuento.

Fui la reina de mi templo y la ruina de tu cuento.

lunes, 5 de marzo de 2012

Ella tan guapa, tan bonita.

Sabéis, yo solo tenia 10 años cuando la trajeron a casa. Apenas tenia un mes. Era muy pequeñita, tenia el pelo blanco,blanco..como la nieve. Sus ojos eran azules como un cielo de verano y grandes, como la huella que a dejado en mi.
Me acuerdo el primer día que vino a casa, la primera tarde la pasamos las dos juntas, y vaya tarde, parece que fue ayer.
12 años junto a mi. 12 años bajo el mismo techo, compartiendo miles de momentos. Aquí, en el pueblo,...
Cuando jugábamos siempre salia con algún rasguño, supongo que, por que debía de ser así. tenia los dientes pequeñitos, pequeñitos, solo se la veían los colmillos.
En el brazo derecho, al igual que en el papo izquierdo, tenia un lunar. Un precioso lunar, como ella entera. Toda preciosa, toda bonita.
Aun 12 años después, seguía siéndolo, nunca dejo de ser guapa, bueno, preciosa.
Es tan durisimo ver como alguien a quien veías a diario, a quien querías tanto, jugabas tanto, siempre estaba con ella y ahora, a echado a volar. Ya, solo nos quedan las fotos, los recuerdos (recuerdos que, espero que nunca se vayan de mi cabeza, ni siquiera con la edad), es ver un sitio, donde dormía, por ejemplo, y caerseme las lagrimas y ponerme a gritar su nombre como una estúpida, una estúpida llena de amor por ti.
Y cuando te escapaste 25 días por la ciudad, pensé que no volvería a verte pero, volviste. 25 días en la ciudad, perdida, y yo nunca perdí la esperanza de volver a verla. Y ahora esta todo tan vacío. Son todo recuerdos de un cuerpezito que andaba a cuatro patas por toda la casa. Un cuerpecito muy bonito.
Aunque sabes que este momento va a llegar, nunca quieres que llegue. Hemos salido de unas peores, pero su cuerpecito ya no podía mas.. ni siquiera se quejo, y yo no pude estar a su lado. Yo dormía mientras todo esto pasaba.
Ya no habrá una mañana igual, ya no habrá un mediodía igual, ya no habrá una noche igual.
Se que inconscientemente en cuanto llegue a casa de clase, de la calle, o por las mañanas, se, que te voy a buscar, te voy a llamar, pero tu ya no estarás.
Eso me entristece mucho. Solo me queda tener la esperanza de haberte dado ese amor y cariño que todo corazón necesita. Espero haberte llenado tanto como lo has hecho tu en mi.
Dice mi madre que "Nunca nos a dado guerra, ni siquiera al morirse."
Y ahora, allí donde estés, recuerda que aquí siempre te recordaremos. Que no habrá un día en que no me acuerde de ti. Que aquí a las 9 cenamos ya lo sabes, y si me tengo que levantar a media noche para abrirte la puerta de mi habitación lo haré.
Cuidate mucho, estoy segura de que nos volveremos a ver.
Y recuerda que, yo nunca, NUNCA, te voy a olvidar.

sábado, 4 de febrero de 2012